14 de diciembre de 2017

Una carta x

Empecé a escribir como última alternativa, era la primera vez que lo hacía en primera persona. Fue cuando me dí cuenta que no tenía a nadie que me escuche. Ridículamente creí que al menos tendría quién me lea.
No es miedo lo que siento, de eso estoy seguro, pero al ver que los demonios con los que debo enfrentarme cada día se hacen más difíciles de vencer, mi tranquilidad al menos, se inquieta. El calendario es algo monstruoso, no el mío, sino el que otros imponen sobre mi, no importa cuantas veces logre ganar esa pelea, al final, nunca es una victoria que realmente cuente. El sentirse acompañado me sugiere a utopías salidas de alguna hermosa novela de amor, de qué otro modo sino seriamos capaces de depositar nuestra creencia en algo semejante sino fuese por el imaginario de las personas y una gran inventiva ideando excusas que nos sometan a seguir adelante. Ojo, me sentí deseado muchas veces e incluso fugazmente amado, no puedo negarlo, pero cómo puedo dejar de cuestionar la veracidad de aquello que no perdura en el tiempo. Me llene de conocimientos. Las personas me fanatizan y el día que ya no tenga mas cuentos que contar espero haber formado parte del cuento de otro. Las bolsas de basura se acumulan en mi departamento como ideas costumbristas de las mentes más desganadas, hace días tengo puesta la misma ropa interior y llevo el pelo así de largo porque sencillamente no soy capaz de recordar cual era el corte que me quedaba mejor. Puedo ser algo mucho mejor si me permitís que te lo demuestre, pero soy la versión mas real de lo que en este momento puedo ser.

Firmó simplemente con una X en el pie de página, la nota estaba escrita sobre un papel arrugado que había sido arrancado torpemente de algún cuaderno en desuso. Una vez en la puerta, nervioso metió el sobre al buzón y con vértigo al ver por la abertura caer la carta del otro lado, se retiró a la espera de ninguna respuesta.

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