Como dos aves perdidasVolando por nubes espesasEnamorados por algún cantoPersiguiendo algunas promesasEscuchamos historias de amorY salimos a buscar las nuestrasLos libros hablan de pasiónPero la vida de algunas tristezasVos y yo buscando el amorComo tontos sin darnos cuentaLos libros hablan de pasiónPero la vida de algunas tristezasBuscamos historias de amorsin ver que teníamos la nuestra
23 de diciembre de 2014
Amores que se vuelan
18 de diciembre de 2014
UN NO SE QUE, UN NO SE CUANDO, NI ADONDE, NI PORQUE...
En la radio comienzan a sonar las primeras notas de “Como la cigarra” y en ese momento lo toma casi como un mensaje, fue automático abandonar todo lo que estaba haciendo para hundirse en cada palabra de esa canción. En la taza vieja el café comienza a enfriarse, un cenicero improvisado con la tapa de algún frasco junta los restos de un cigarrillo que se consume solo y la luz del celular se prende y apaga para avisarle de un mensaje que no se anima a leer. Lucha contra la incontrolable necesidad de gritar y tal vez llorar. Una nueva historia que no tuvo tiempo de empezar intoxica la habitación con olor a fracaso y miedo. La desidia de quien debería dar aquel abrazo cálido tan buscado lo llena de penas y vacía todo lo demás. Tan pernicioso como el desamparo.
“Un no se qué, un no se cuándo… ni adónde ni porqué. Un complemento, un anejo, la ultima pieza del rompecabezas, el primer cuento en primera persona” –murmura.
No es fácil encontrar eso que busca, jamás nadie le dijo que iba a serlo, pero el insensato y abrumador sentimiento de esperanza lo despoja de algo tan preciado como la capacidad de ser realista y de ver lo que realmente es, en vez de lo que podría llegar a ser o aun peor lo que desea que fuese.
Hay quienes ni siquiera lo buscan y otros se dieron por vencidos mucho antes de que les ganara el dolor. Hay quienes, aun mas tristes… pasan sin huellas y esperan. Eternamente. Me desvió por un momento y pienso en la esperanza… que flagelo, que desdicha la del hombre esperanzado. Pero ese… ese es otro cuento.
“Un no se qué, un no se cuándo… ni adónde ni porqué. Un complemento, un anejo, la ultima pieza del rompecabezas, el primer cuento en primera persona” –murmura.
No es fácil encontrar eso que busca, jamás nadie le dijo que iba a serlo, pero el insensato y abrumador sentimiento de esperanza lo despoja de algo tan preciado como la capacidad de ser realista y de ver lo que realmente es, en vez de lo que podría llegar a ser o aun peor lo que desea que fuese.
Hay quienes ni siquiera lo buscan y otros se dieron por vencidos mucho antes de que les ganara el dolor. Hay quienes, aun mas tristes… pasan sin huellas y esperan. Eternamente. Me desvió por un momento y pienso en la esperanza… que flagelo, que desdicha la del hombre esperanzado. Pero ese… ese es otro cuento.
8 de diciembre de 2014
Temores
“El cuento
que hoy les traigo es corto inconcluso en cada parte del desarrollo, no tiene
fuego, no tiene pasión y casi sin conexión. Tal vez la perdida de tiempo mas
preciada y tan real como la necesidad de pertenecerse. Se cruzaron por ahí y
aunque no creían en las casualidades, esa lo fue. Aarón vio sus ojos… ahí se
ocultaba toda su historia, aunque poca, suficiente para hacer notar algunos
destellos de tristeza. Hermosos, grandes y marrones como el otoño pero nunca miraban
los de el. Todas las puertas bien cerradas con llave y seguro puesto, las de
los dos. Los canales de acceso reducidos a un whatsapp que no se envía. –Que
gran poder el de la historia, hay quienes le temen a un Dios… lloran, imploran,
suplican y piden perdón. Pero el pasado, la historia, Puf! –suspiraron.
–Miedo o precaución,
cuál es la diferencia. Si a fin de cuentas algo siempre te frena- dijo de
manera verborragica. –Como pequeñas luces colgadas en el camino que se prenden
para dar la alerta de peligro. – la respuesta le surgió de manera casi automática.
Faltos de
todo, excepto de dudas y temor.”
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