18 de diciembre de 2014

UN NO SE QUE, UN NO SE CUANDO, NI ADONDE, NI PORQUE...


En la radio comienzan a sonar las primeras notas de “Como la cigarra” y en ese momento lo toma casi como un mensaje, fue automático abandonar todo lo que estaba haciendo para hundirse en cada palabra de esa canción. En la taza vieja el café comienza a enfriarse, un cenicero improvisado con la tapa de algún frasco junta los restos de un cigarrillo que se consume solo y la luz del celular se prende y apaga para avisarle de un mensaje que no se anima a leer. Lucha contra la incontrolable necesidad de gritar y tal vez llorar. Una nueva historia que no tuvo tiempo de empezar intoxica la habitación con olor a fracaso y miedo. La desidia de quien debería dar aquel abrazo cálido tan buscado lo llena de penas y vacía todo lo demás. Tan pernicioso como el desamparo. 
“Un no se qué, un no se cuándo… ni adónde ni porqué. Un complemento, un anejo, la ultima pieza del rompecabezas, el primer cuento en primera persona” –murmura.
No es fácil encontrar eso que busca, jamás nadie le dijo que iba a serlo, pero el insensato y abrumador sentimiento de esperanza lo despoja de algo tan preciado como la capacidad de ser realista y de ver lo que realmente es, en vez de lo que podría llegar a ser o aun peor lo que desea que fuese. 
Hay quienes ni siquiera lo buscan y otros se dieron por vencidos mucho antes de que les ganara el dolor. Hay quienes, aun mas tristes… pasan sin huellas y esperan. Eternamente. Me desvió por un momento y pienso en la esperanza… que flagelo, que desdicha la del hombre esperanzado. Pero ese… ese es otro cuento.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario